Permítanme queridos lectores compartir con ustedes algunos hechos que nos muestran como la sociedad que somos.
ACTO I
Un ciudadano chino es descubierto queriendo contrabandear 301 kilos de oro - una minucia para los fiscales que estuvieron a cargo del caso - porque fueron ellos quienes deciden que el contrabandista sea el custodio del oro, menuda decisión. Como era de esperar el chino ni bien pudo desapareció con el oro. ¿Cómo pudo realizar esa proeza? Nada se sabe y los que saben, silban bajito. Lo cierto es que todo esto, en una sociedad medianamente civilizada, hubiera causado un terremoto político, de la cabeza a los pies, en Bolivia, se convirtió en un chiste para producir memes y caritas con risa en las redes sociales. Los medios, por su parte, tratan el tema unas cuantas veces y pasan la página.
ACTO II
El gobierno del presidente Arce, continuidad absoluta del gobierno de Evo Morales, decide representar a los bolivianos en la asunción de mando presidencial en Chile. El presidente Arce, abraza a su par Boric, estrecha sus manos para la fotografía y retorna a Bolivia declarando que hubo acuerdo para tratar todos los temas pendientes a través de las cancillerías respectivas. Esto en términos diplomáticos se entendía como un golazo boliviano, que aprovechó el primer día de la presidencia chilena para reanudar el sacrosanto tema de la demanda marítima.
En menos de 24 horas, el presidente chileno, aclaró que el señor Arce había entendido, a su manera, una amable conversación, que un ningún caso suponía la negociación de la soberanía chilena. Punto final.
Este nuevo manoseo indebido de la demanda marítima, la falta de vergüenza y la dramática carencia diplomática que tiene el gobierno del MAS, que es culpable de haber cerrado las puertas a cualquier negociación marítima con el fracaso en los tribunales ante la Corte Internacional de Justicia, buscando engañar al pueblo con artimañas infantiles, es una burla permanente que ya se hizo costumbre.
Pero este hecho, también pasó a ser objeto de burla social, de quejas baratas y pronto olvido.
ACTO III
La señora Achacollo, cocalera, suegra de Evo Morales, que tiene juicio por corrupción en el desfalco millonario que se produjo en el Fondo Indígena, viaja a España y es recibida con honores por el embajador boliviano, alfombra roja y alojamiento gratuito. El caso tuvo un pequeño remarque en algunos medios y eso fue todo. Nadie pidió aclaraciones al Canciller, nadie planteó un pliego interpelatorio por este abuso. El descaro no tiene límites.
ACTO IV
El Ministro de Gobierno declara que hay cocaleros que son delincuentes y están comprometidos con el narcotráfico. En un santiamén salta la dirigencia cocalera encabezada por el Jefazo Morales y piden la cabeza del Ministro, dicen que son santas palomas inocentes, que necesitan dinero de los contribuyentes para combatir el negocio que fomentan y del cual son socios activos y culpan al imperialismo, la DEA, la derecha golpista de querer culparlos en conspiración con el ministro de gobierno, que dicho sea de paso es el cachorro activista mas peligroso, por su ignorancia, en ese ministerio.
No hay reacción social, no hay protesta seria ante esta conducta de desprecio a la ley. Todo se convierte en chiste, en memes, en risas.
ACTO V
El Tribunal Constitucional del Estado Plurinacional, emite una sentencia con indemnización en favor de Evo Morales por que el Tribual Electoral no le permitió ser candidato a Senador en las elecciones del 2020 después de que hubiera desconocido el Referéndum del 21F, haber hecho fraude electoral en las elecciones generales pasadas y haber provocado una ola de violencia con muertos y heridos para escapar a México y luego a la Argentina, dejando un vació de poder y dando instrucciones de cercar las ciudades y dejarlas sin provisiones.
Si esto pasa a ser motivo de chistes y burlas, la sociedad boliviana esta perdida. Ya podría pasarle por encima un tanque de miserias y afrentas a su dignidad de cualquier calibre, porque no tendría capacidad de reacción, porque parecería que no puede sacudirse de la infamia con la que le viene envolviendo la organización criminal que le gobierna.
FINAL
Nada es peor para una sociedad que se respete que le tenga miedo al delincuente que usa la política para sus propios fines.