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sábado, 16 de octubre de 2021

OCTUBRE DEL GAS

DANTE NAPOLEÓN PINO ARCHONDO 

Hace 18 años se produjo el derrocamiento del gobierno constitucional de Gonzalo Sánchez de Lozada. La justificación esgrimida por los dirigentes de la subversión fue la acusación contra el gobierno de querer vender el gas a las transnacionales por Chile. Hasta ese año, el gas mantenía una producción suficiente para cubrir los mercados del Brasil, Argentina y el mercado interno. Bolivia vivía del valor de esas exportaciones al que debemos sumar el de los minerales. 

Las proyecciones de las exportaciones de gas en relación a las reservas probadas indicaban la necesidad de establecer modificaciones a la ley de hidrocarburos y los contratos de capitalización, el gobierno así entendía. Por eso el presidente Sánchez de Lozada llevaba a cabo una operación quirúrgica delicada en el plano político y social, por que preveía el uso malintencionado que le daría el MAS y agentes externos que estaban vinculados a proyectos competitivos ubicados en países limítrofes.

En varias reuniones a las que asistí cuando este asunto fue tratado con presencia de Manfred Reyes Villa, el presidente Sánchez de Lozada se veía interesado en compulsar cual era la visión que tenía NFR sobre el proyecto con Pacific LNG que tenía como fin vender gas licuado al mercado norteamericano, con la empresa Sempra, para lo cual estaba llevando a cabo negociaciones que ya tenían un acuerdo básico por 7 mil millones de dólares. 

Este proyecto para cumplir su objetivo, requería la conversión del gas licuado mediante un proceso de licuefacción que necesita un puerto donde realizar esta tarea y colocar el producto en barcos metaneros que lo llevarían hasta el mercado definido. Las empresas, Pacific LNG, Pan American Energy y YPFB conformaban el consorcio de este proyecto.

El puerto mas aconsejable por costos estaba ubicado en suelo chileno en el Puerto de Patillos. A esta ubicación se contrapuso por agentes externos interesados en poner piedras al camino, el Puerto de Ilo en Perú. Así se creó la consigna política de que el gobierno quería vender el gas al imperialismo norteamericano y potenciar a Chile con el gas boliviano.

La insidia que contenía esta acusación pudo más que la comprensión global de los intereses nacionales y como tantas veces en la historia nacional se violentaron esos intereses para conveniencia de las ambiciones externas. El odio hacia todo lo chileno pudo más que la racionalidad nacionalista. 

Las consecuencias históricas de este episodio estamos viviendo, ahora, los bolivianos. Aquellos dirigentes de esas corporaciones sindicales que se ufanan, incluso hoy día, de la hazaña efímera de haber logrado hacer "huir" a los "vende patria" y de haber rescatado de manos de las transnacionales el gas boliviano, tendrían que responder, con la misma efervescencia con la gritan esto, sobre los resultados de su hazaña.

No solo la conquista de los mercados externos (Brasil y Argentina) fue resultado del trabajo de varios gobiernos desde los años sesenta del siglo pasado, sino la comprensión seria y firme de defender los recursos naturales con probidad y objetividad plena. Por eso cuando el año 2005 el MAS ganaba las elecciones generales, con la consigna de nacionalizar el gas, toda la tarea estaba cumplida: producción suficiente, reservas de gas probadas y probables con futuro, mercados consolidados en proceso de expansión, y,  una imagen internacional que colocaban a Bolivia como el eje central de la energía en el continente, todo lo cual daba paso a mayores inversiones en el campo gasífero. 

Este trabajo es el que se tiró por la borda, es el que se destruyó con una saña que solo los enemigos de esos intereses nacionales que dicen defender pueden hacer.

Y no es el imperialismo norteamericano ni las grandes transnacionales los que provocaron la crisis energética que estamos a punto de tener. No se equivoque. Son todas esas organizaciones sociales manejadas desde gobiernos que encarnan el crimen organizado desde Cuba y Venezuela a las que se adhieren, los llamados movimientos sociales, instrumentos por el cambio, etc.  y que no son nada más que herramientas para destruir las riquezas que tenemos. 

Hoy las reservas probadas están en 10 trillones de pies cúbicos de gas, la producción no supera los 45 millones de pies cúbicos, producción que no alcanza para cubrir los contratos de exportación asumidos y el mercado interno, a esto debemos sumar la inevitable importación de gas licuado, diésel y gasolina en volúmenes y valores crecientes a partir del próximo año.

No hubo capitales para explorar nuevos pozos de gas, no se hizo la tarea, porque la "nacionalización infame" que llevó a cabo el gobierno del MAS, se redujo a la explotación intensiva de los pozos, hasta dejarlos secos, sin planificar su renovación, lo que al día de hoy nos deja sin ninguna posibilidad de tener gas dentro de cinco años, con la paradoja de convertirnos de exportadores en importadores de gas. 

Este panorama que está avalado por consultores nacionales de renombre en Bolivia, debía estar en la agenda nacional como una prioridad de urgencia. Y estos resultados merecen el juicio nacional para los que decidieron dejarla librada a su suerte con el gas. Octubre de 2003 sirvió para esto, para que el gas boliviano se haya ido en un mar de dólares que recibieron las corporaciones sindicales y que derrocharon sin piedad. Evo Morales merece el juicio de responsabilidades, junto con el actual presidente Arce por ser los autores directos de este daño económico y social.

miércoles, 13 de octubre de 2021

UNIDAD EN LA ACCIÓN

 



DANTE N. PINO ARCHONDO

No fueron a defender la whipala. Se movilizaron por billetes. Luego dejaron las whipalas en la basura, y se fueron. Esta es la realidad. El gobierno no convocó a la defensa de la whipala. Usándola de pretexto movilizó a sus forzados militantes a defender la ley de legitimación de ganancias ilícitas y financiamiento al terrorismo. Fue la contraparte política del paro cívico. Han mostrado desesperación. Evo Morales está llevando a su presidente Arce hacía el proceso de desestabilización. Está ejecutando una política de confrontación. Como hizo en la década del 90. Provocó a los gobiernos de: Paz Zamora, Sánchez de Lozada y Banzer. Quienes vivimos esos años, conocemos la receta. La juventud debe saber que Evo Morales fue el artífice del bloqueo de caminos, de las marchas desde Caracollo, del enfrentamiento asesino y de la victimización constante.

La confrontación permanente logra cansar a la sociedad, logra hartarla de tanto desorden, desesperarla, hacerla sentir indefensa, desorientarla y aterrorizarla hasta llegar a un momento en que prefieran votar por el autor de todo eso, para tener un respiro, un poco de paz. Eso fue lo que sucedió el año 2003.

Un militante comunista dijo: la burguesía se alimenta de pelotudeces democráticas. Y con esa convicción usan las leyes de la democracia para generar conflictos que denominan “la agudización de las contradicciones”. Atacan y se convierten en víctimas.

Hacen esto para desgastar el sistema político, logran destruir la confianza en el sistema y sus conductores. De ahí surgen las permanentes acusaciones a la derecha golpista, vende patria, neoliberal y causante de todos los males que padece “el pueblo”. Y se muestran cómo los únicos que saben lo que tienen que hacer.

Si los demócratas hemos aprendido la lección, si de algo han servido 14 años de destrucción masiva de la institucionalidad, del uso dictatorial del poder político, del derroche más grande y nefasto de la riqueza económica, del desconocimiento y sustitución de la nacionalidad boliviana, por una abstracción plurinacional, donde se quiere imponer una cultura sobre las otras, si de algo puede servir todo esto, es para darnos cuenta de que no podemos caer en lo mismo: la mezquindad política, la vergonzosa atomización de partiditos creados con propósitos electorales y el creer que usar el voto a favor de unos cuantos curules es todo a lo que se puede aspirar.

Se necesita unidad de conducción, base social que se sienta representada por un liderazgo contrapuesto al masismo cocalero, convicción democrática y resolución para ir sin miedo a la batalla política. Esa base social está esperando en la ciudades y provincias de La Paz, Cochabamba, Sucre, Tarija, Beni y Santa Cruz, al conductor creíble. Es tarea de la actual oposición reunirse y resolver la unidad de acción y la cabeza de conducción. Sin pensar en tiempos electorales. El valor de esta decisión radicaría precisamente en eso, no hay peso electoral que desfiguren los objetivos democráticos y se pueden asumir pasos con la visión democrática que se requiere.

 

lunes, 11 de octubre de 2021

LAS LEYES MAÑOSAS DEL MAS

 

Dante N. Pino Archondo


Vamos por lo sencillo. Si alguien tiene el nombre de Jesús, eso no lo convierte en Dios, puede llamarse así, pero ser un verdadero hijo del diablo. Lo mismo sucede con las leyes que el MAS está queriendo aplicar. Las bautizan con nombre de santo, pero son el engendro del diablo.

 La llamada ley contra las ganancias ilícitas debió haber sido aprobada en el período de gobierno del señor Evo Morales, o sea, hace 14 años. Entonces el ministro de Economía era el señor Luis Arce, actual presidente del Estado Plurinacional, quien, postergó su tratamiento por instrucciones del Jefazo que le transmitió la preocupación de sus socios dedicados a la coca y la droga, junto con su desacuerdo para que sea tratada. Razón por la cual la ley se archivó.

 Ahora ante la inminente prueba de consistencia que le hará la GAFILAT, (Grupo de Acción Financiera Internacional para América Latina), con el fin de verificar si Bolivia cumplió con sus compromisos asumidos, que la colocan en la lista negra de naciones poco confiables en el lavado de activos y otros manejos ilícitos provenientes de actividades como el narcotráfico, decide aprovechar para promover una ley tan rigurosa, tan temible, tan dura, que le otorgue al gobierno la medalla de oro en materia de lucha contra las ganancias ilícitas y el terrorismo.

 Esta decisión y defensa que hace el gobierno de Arce de la ley que, contrasta con el encajonamiento que le hizo antes, tiene al menos dos explicaciones: La espada de Damocles que tienen los Estados Unidos sobre el cuello del gobierno, que está observado como un país productor, comercializador y transportador de droga, cuyas repercusiones unidas a las detenciones de connotados narcotraficantes que se produjeron en los últimos meses le daría piedra libre para tomar medidas de carácter financiero contra Bolivia por incumplimiento de acuerdos, con lo cual cualquier financiamiento solicitado a organismos financieros internacionales sería trabado, y esto, en la actual situación económica nacional es muy grave.

 Y por otra parte una cosa es como te llamas y otra que haces con tu vida. Por eso las características de la ley trata a todos como sospechosos, colocando a la actividad del narcotráfico en calidad de sombra no vista, pasa desapercibida, y si, logran el propósito de promulgarla como está redactada, entonces, ganan porque establecen una policía especial con luz verde para incriminar al que quieran y se ponen la medalla de oro contra estos ilícitos con lo cual se quitan la espada del imperialismo de su cuello y la colocan contra la ciudadanía que deseen.

 Entre la necesidad de tener una ley que saque al gobierno de su anatema moral como socio y encubridor del narcotráfico y la de arrinconar a la oposición política la decisión de promulgarla es imperiosa. Además, la mañas y acciones políticas del MAS en su accionar desde que son gobierno, está la de aplicar la ley para el enemigo, y darles todos a sus amigos (léase coca y cocaína). Con lo cual ganan por todo lado: se pintan de santos luchadores contra lo que protegen y defienden, arrinconan a la oposición política, sus enemigos, y se ganan imagen internacional de lucha contra estos ilícitos.

 

 

 

NO REPITAMOS EL PLATO POLITICO

DANTE NAPOLEÓN PINO ARCHONDO.  Cuando llegamos al punto en el cual descubrimos que las apariencias mostradas son una falsa fachada, la curio...