DANTE NAPOLEON PINO ARCHONDO
Esa convocatoria electoral no fue voluntaria, si además de
lo anterior, un grupo de mujeres mineras que se declararon en huelga de hambre
en el Episcopado Católico, con apoyo de esa Iglesia, le quitó el piso político
al general y este tuvo la lucidez de entender la realidad objetiva.
Lo cierto es que, a partir de ese momento, el caos económico
dio rienda suelta a su fuerza, la inestabilidad política se desencadenó
(tuvimos tres elecciones consecutivas 1978, 79 y 80) y sus resultados abrieron
las compuertas de la inflación mas dura que se tuvo.
Un déficit fiscal cuyo origen se situaba en el gasto
corriente, caída de los ingresos nacionales, pérdida de reservas
internacionales, crédito externo bloqueado y crédito interno del Banco Central
disparado.
En estas condiciones el ciclo militar iniciado en 1964 con
el general Barrientos terminaba con el general Vildoso en 1982, luego de una negociación
con la UDP el MNR y ADN para entregar el gobierno al Dr. Siles Suazo, manteniendo
la composición del congreso elegido en 1980.
Ese gobierno cuando tomó posesión ya tenia el palacio
inundado de inestabilidad económica. Y en vez de asumir esa realidad, trató de
mantener políticas económicas duales, entre ajustes a la inversión publica y
aumentos salariales, llegó a desdolarizar los depósitos bancarios ocasionando una
pérdida de los ahorros y pensiones enormes. En fin, lo que quiero remarcar es
que no fue posible sostener las exigencias de la COB y buscar equilibrios
fiscales, sin tener espalda financiera para ello. Resultado, una inflación galopante,
desabastecimiento, escasez y empobrecimiento social.
En estas condiciones llegamos a 1985 con elecciones
anticipadas. El Dr. Paz Estensoro comunicó a la Nación que había tomado la
decisión de ordenar la economía. Firmó el D.S. 21060. Un shock económico que
dejó a todos al borde de un ataque de nervios. Pero al día siguiente de emitido
el decreto, las colas desaparecieron, los precios se estabilizaron y la
tranquilidad retornó a los hogares.
Todos los indicadores económicos que tenemos ahora nos están
avisando con anticipación que vamos en curso de colisión. Veamos: déficit fiscal
agudo producido por un gasto corriente y de inversión pública imposibles de
sustentar, crédito externo contraído, crédito interno del BCB creciente, entre
ambos alcanzan al 82 por ciento del PIB, perdida creciente de las reservas
internacionales, tipo de cambio fijo, balanza comercial deficitaria, subvenciones
al diésel, gasolina y precios de bienes agropecuarios, empresas públicas
deficitarias.
Las mismas señales del año 1978. Y el mismo comportamiento
político. Esto es lo que debía estar en el debate nacional.
El contexto internacional avisa de un proceso en desarrollo
de inflación con decrecimiento del producto, estanflación. Los efectos
inflacionarios se dejan sentir por la contracción de la oferta mundial, y el crédito
fiscal ejecutado durante el primer y segundo año de la pandemia COVID 19, Bolivia
no está exime de ellos. ¡Pero oh sorpresa! El gobierno lo niega todo. Al contrario,
enuncia la creación de nuevas empresas públicas, mantiene un gasto fiscal
creciente y no le inmuta la caída de las reservas internacionales.
¡Super Luchin! está al mando y para la cofradía ignorante
del MAS es suficiente. Eso se puede comprender. Pero que la oposición política,
los analistas y periodistas de investigación hagan lo mismo, es demasiado. La única
manera de evitar la colisión es sacar al conductor y asumir el mando de la
conducción con decisión. Tendremos que volver a emitir un nuevo D.S. 21060
segunda parte. Dejo constancia de lo dicho.