OTRA MAÑANA NOS ESPERA
DANTE N. PINO
ARCHONDO
Cuando escuchamos a una
persona y observamos la forma en que se expresa y la manera con la cual nos
transmite sus ideas y sus emociones, sentimos empatía, simpatía o, todo lo contrario.
Depende de lo que se nos
transmite. Nuestra atención puede ser inmediata, corta o de largo alcance. Es
lo que nos sucede ahora con las redes sociales que nos bombardean con mensajes.
Desde la historia personal, el mensaje de provocación o la venta de un
artículo, así como la noticia explicada, todo forma parte diaria de nuestra
vida ahora.
Y si os habéis dado cuenta,
tanto volumen de contenido, tanta diversidad de imágenes, tal cantidad de
mensajes, de opiniones de sentimientos y pasiones que recibimos nos afecta
consciente o inconscientemente. Esto hace que desde que empieza el día estemos
afectados por la conexión que establecemos con personas, instituciones,
artistas, autoridades, periodistas.
Se vuelve una adicción. No
estar con el androide en la mano es como estar desnudo. Y mientras estes
conectado puedes contestar a todo y a todos. Tienes permiso para reaccionar
como te plazca y al hacer esto sientes que puedes desahogar tus emociones con
tanta libertad, que ellas se lanzan como dardos al espacio virtual afectando a
unos con otros.
Estamos enredados. Es como
ser parte de un hilo convertido en bollo donde el principio se confunde con el
final y todo parece igual, aunque sea distinto. ¿Qué es la verdad?
Antes y estoy hablando de
hace 20 años, la verdad era muy cercana a lo que los medios nos decían, o las
autoridades afirmaban o los libros nos contaban. ¿Y ahora?
Encontrar la verdad, ahora,
es tan complicado que debes tener la sagacidad o talento para buscarla en todos
los rincones de ese laberinto donde te encuentras atrapado.
Todo esto tiene a la especie
humana en camino a una forma de establecer sociedades interconectadas, cuya
relación ha de estar dirigida o gobernada de forma universal.
El mundo de mañana no tendrá
fronteras, ni banderas ni religiones. La vida de cada uno será la vida de los
demás, no serás libre para hacer lo que quieras sino lo que debes. No tendrás
nacionalidad sino existencia planetaria, no tendrás dioses que te protejan,
tendrás conciencia plena de tu capacidad para ser.