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jueves, 30 de diciembre de 2021

ALGUNAS PREGUNTAS DE FIN DE AÑO

 

Dante N. Pino Archondo

Para el año 2022, las exportaciones de gas a Brasil y Argentina sumarán 1.255 millones de dólares. Las importaciones de gasolina y diésel serán de 837 millones de dólares. Queda un magro saldo de 418 millones, pero las subvenciones al gas y gasolina alcanzarán a 1 mil millones de dólares. ¿Qué queda? Un déficit de 582 millones. Señores el gas ya no alcanza para seguir con el derroche de 14 años atrás.

Bolivia creció al compás de sus exportaciones de gas, que estaban, por contratos, ligadas al precio del petróleo. A medida que los precios fueron altos el PIB fue mayor y viceversa. Pero ahora esa fórmula ya no va.

El déficit fiscal para el 2022 estará en un 10 por ciento del PIB. La deuda externa que tiene el país a junio 2021 está en 12.500 millones de dólares y la deuda interna alcanza a 10 mil millones, estamos en 22.500 millones de dólares. Bolivia no puede endeudarse más. Por tanto, el financiamiento del déficit fiscal se hará con el soporte de impuestos al sector privado. ¿Es esto posible?

El gobierno piensa gastar 45.235 millones de bolivianos el próximo año en el pago de sueldos y salarios al sector publico que depende de él. Son 526.000 empleados públicos. Una masa de gente que podría ser la quinta ciudad en Bolivia. Para financiar este gasto el gobierno va a incrementar los impuestos en 15 por ciento, de 37 mil millones de bolivianos a 42.400 y usará las recaudaciones por IEHD e IDH en 12 por ciento, de 45 mil millones de bolivianos a 50.400 millones. O sea, en cristiano. Los impuesto nacionales se destinarán a sustentar una burocracia parasitaria y movimientos sociales delincuenciales. ¿Queremos avalar esto?

Por último, las reservas liquidas (lo que se tiene a mano) alcanzan a 1.700 millones de dólares. Debemos pagar Bonos emitidos por el señor Arce cuando fue ministro cajero de Evo por 1.500 millones de dólares. Esto nos deja al borde de la cornisa.

Queridos amigos lectores. Esta es la cruda realidad. Pero seguro que muchos estarán pensando cómo pasarán las fiestas de fin de año y los carnavales, Amén.

(datos: La Economía Boliviana hacia el 2022: Antonio Saravia)

 

miércoles, 29 de diciembre de 2021

PRONÓSTICO DE INFARTO

 


DANTE N. PINO ARCHONDO

La dirección de una administración que tiene a su cargo definir las metas y los objetivos, previo conocimiento o diagnóstico de la situación que se tiene, observando los efectos de los entornos internos y externos que rodean, para lo cual, es importante definir la estrategia a seguir, munida de pasos tácticos que hagan posible alcanzar los objetivos trazados, tiene la enorme responsabilidad de ejecutar políticas que lleven a buen puerto.

Gobernar es administrar. Lo peor que puede hacer una administración es no mirar la realidad, inventarse escenarios, desconocer los entornos, fabricar un diagnóstico imaginario y por último ir directo hacía el fracaso.

Tal parece que es la decisión asumida por el gobierno del señor Arce Catacora. Todos los indicadores económicos que le están señalando la gravedad de la crisis en la ya caminamos, están siendo ignorados. En realidad, si tuviéramos a una organización política en función de gobierno, estos indicadores serían tomados en cuenta para definir políticas que resuelvan su tendencia y la modifiquen a favor de los intereses nacionales. Lamentablemente, no es así. Estamos siendo gobernados por una organización criminal que responde a los intereses de sus socios en Cuba, Venezuela y Nicaragua. El carácter dictatorial que lo sustenta ha resuelto agravar los indicadores económicos y llevar a la sociedad boliviana hacía los mismos resultados que están viviendo, ahora, sus tres socios.

Déficit Fiscal del 9 por ciento, producto del empecinamiento en agrandar la burocracia estatal, las empresas públicas y la corrupción prebendal manejada por las instituciones a su cargo. Para sustentar este déficit, van a golpear los bolsillos de la ciudadanía aumentando tributos y recurriendo al crédito interno del Banco Central, y a posibles fuentes externas cada vez mas lejanas. Este endeudamiento interno y externo irá mermando las reservas internacionales que ya están en un nivel crítico, con una caída del 66 por ciento desde el año 2014 a la fecha. Llegará el momento en que no tengan quien les preste y se comience a usar la maquinita de hacer billetes para no dejar en la calle a sus militantes que cobran del Estado.

En suma, se pide al ciudadano que trabaja, produce y paga impuestos, que todo ese sacrificio diario sirva para sostener a la militancia masista como empleados públicos. En otras palabras, que todo se vaya al diablo con tal de no perder el apoyo electoral que necesitan con el fin de facilitar el retorno de Morales a su casa grande.

¿Debemos aceptar esta locura?, ¿miraremos a un lado, permitiendo que nos saqueen los bolsillos? ¿Dejaremos que nuestros hijos tengan un futuro incierto y sin opciones de éxito porque unos delincuentes se lo propusieron?

 

 

lunes, 27 de diciembre de 2021

PARA NO REPETIR HAY QUE CAMBIAR

 




DANTE NAPOLEÓN PINO ARCHONDO

Al final de cada año se realizan los balances consabidos de lo que pasó y de lo que fue lo más remarcable. Yo no voy a hacer eso. Porque pienso que la vida es un continuo de causas y efectos que no se detienen nunca. Eso me lleva al convencimiento del cambio constante y de lo imposible que es definir en un momento toda una cadena de hechos, acontecimientos, que puedan considerarse resueltos.

Estamos ahora donde decidimos estar, ayer. Si queremos vernos en este momento, tenemos que entender lo que hicimos y si queremos comprender su resultado tenemos que conocer lo actuado. Nada es casual. La decisión de darle al indio boliviano la ciudadanía y el derecho al voto, termina colocando a uno en la presidencia. La decisión de nacionalizar las minas y el petróleo termina convenciendo a la sociedad de que ese es el camino para recuperar la propiedad sobre ellos. La conformación de un Estado centralista y presidencialista desde el mismo momento en que fue constituida Bolivia nos lleva a considerar al Estado como el gran benefactor y hacedor de nuestro destino.

Y aquí estamos, ahora, haciéndonos la misma pregunta, ¿por qué no podemos desarrollar nuestras riquezas, y tener un bienestar social similar o igual al de otras sociedades en el mundo? Y entonces comienzan a volar respuestas: porque fuimos colonizados por los españoles que nos despojaron de todo, porque las empresas transnacionales del imperio norteamericano hicieron lo mismo, porque llegamos tarde a la inserción industrial, porque buscamos el camino del socialismo para enfrentar al imperio explotador, y así podríamos seguir con muchas explicaciones que se nos ha enseñado en el colegio, a veces, y en las universidades la mayoría.

Lo cierto es que estamos ahora en el mismo punto de partida porque no supimos educarnos como sociedad tirando abajo las tesis sociales y políticas de que son otros los culpables de nuestras desgracias. El propio Libertador Bolívar, se cansó y tiró la toalla, cuando dijo que la única solución para esta américa era migrar de ella. Así de franca fue su confesión. Y es que romper con las cadenas de la dependencia ideológica a las que nos condenaron debía ser, la verdadera revolución a emprender.

 El Estado es lo mejor que tenemos cuando está constituido para defender al individuo y ayudarlo a vivir lo mejor que pueda con sus propias cualidades. No cuando se convierte en el determinante de la vida de todos y el decidor de lo que es bueno o malo para uno. Esto nos debía llevar a refundar el nuevo pensamiento nacional, la nueva manera de concebirnos como sociedad, colocando límites infranqueables al centralismo Estatal, eliminando el presidencialismo que concentra en una persona todo el poder, dejando que cada región desarrolle sus potencialidades como crea conveniente, que cada individuo resuelva su plan de vida. Esto nos debería enseñar a defender nuestros intereses. Y a entender que, si negociamos mal, lo resultados serán iguales. A enseñar a nuestros hijos a tomar decisiones y no temer al fracaso.

Será cuando sepamos mirarnos al espejo y aceptarnos como somos, a dejar de inventar acusaciones, a pretender resolver nuestros problemas con engaños o engañándonos, a creer que somos una gran nación y que si le quitamos a unos para repartir a otros estamos haciendo lo correcto y que si damos coima o nos coimean no es un delito porque todos lo hacen, que si en el pasado unos se corrompieron fácilmente, ahora podemos, con ese antecedente hacer lo mismo y nadie puede acusarnos por eso, será entonces cuando comenzaremos a cambiar.

Repito, lo que hicimos y cómo nos comportamos ayer, es lo que somos ahora.

 

NO REPITAMOS EL PLATO POLITICO

DANTE NAPOLEÓN PINO ARCHONDO.  Cuando llegamos al punto en el cual descubrimos que las apariencias mostradas son una falsa fachada, la curio...