AQUELLOS POLVOS Y ESTOS MODOS
DANTE NAPOLEON PINO ARCHONDO
En la CNN muestran a un vaso con agua y dicen que
unos pueden verlo medio lleno o medio vacío, lo cierto-remarcan ellos- es que
el vaso está por la mitad, porque los hechos, son los hechos. Esta es la manera
con la que se enseña el comportamiento que deben tener los periodistas. Cierto,
no hay otra forma. En el mismo canal la señora Christiane Amanpour nos dice que
ella no puede ser imparcial sino veraz. Lecciones simples pero profundas de lo
que debe ser el periodismo.
Viendo el programa que dirige Claudia Benavente: “Piedra
Papel y Tinta”, no pude menos que acordarme de la CNN, y es que el debate
sostenido entre Mario Espinoza y Freddy Morales nos lleva irremediablemente a
preguntarnos si los hechos de octubre y noviembre 2020 son los que fueron y si
ante ellos, se debe ser veraz, no imparcial.
Ser veraz, ese es el punto. Atenerse a los hechos es
fundamental. Esto es lo que se ignora por Morales y Benavente ambos parten de
la premisa, que cuestiona la legalidad de la sucesión constitucional. Una vez
sentada la tesis de la ilegalidad de la sucesión el resto se alimenta con el
relato de la violencia desatada contra el pueblo que luchaba por la democracia,
violencia que tiene una explicación: la corrupción del gobierno golpista. Así
de simple. El presidente Morales fue derrocado por un golpe de manual, donde se
enseña, que ahora, no es necesario los tanques en las calles ni militares en el
gobierno. Se hace desconociendo la sucesión constitucional por unos señores sin
ninguna representación legal. Y esta es la premisa, o la lógica con la que
parten quienes consideran que hubo golpe.
En la vereda del frente, no están las
interpretaciones ni las lecturas forzadas. Están los hechos. La génesis de todo.
Que no es el 10 de noviembre pasado, es el 21 de febrero de 2016, que marca el
inicio del desconocimiento a la Constitución Política del Estado, que convierte
a la candidatura de Evo Morales en inconstitucional y que luego lo lleva a
forzar resultados en octubre. Esto le preguntó Espinoza a Freddy Morales
acudiendo a su honestidad intelectual. No quiso responder.
El juicio por estos sucesos, instaurado por el
gobierno actual, tiene la marca de la infamia. Lo que pasa es que si no acusan de
golpista a la señora Añez ¿cómo, se explica lo que pasó, sin poner a Evo Morales
en la silla del acusado? Este es el dilema que tiene el presidente Arce. Entre
Añez y Evo Morales está claro que el ultimo debe salvarse. Le debe la silla
presidencial.
Es un asunto político de alto nivel. Y ha sido
resuelto-por el gobierno- de la manera más expedita. Envolver en una madeja de
hilo los acontecimientos y jalar la punta del ovillo por donde le conviene. A
la puesta de la escena jurídica se suman los medios que como La Razón apuestan
en firme por la mermelada oficial que les llega todos los meses.
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